Actores de Turismo de Nahuelbuta cierran ciclo de diploma con acuerdos en defensa de su territorio

Este fin de semana, actores de turismo de la Cordillera de Nahuelbuta tuvieron la última clase del diploma “Turismo y conservación desde la mirada de la asociatividad en Caramávida e Isla Mocha”, en Trongol Alto, comuna de Curanilahue, en la cual se formaron sobre gobernanza y la defensa de los bienes comunes.

En una primera instancia, el docente de la Universidad Católica del Maule, Eduardo Letelier, realizó una breve charla sobre el modelo de gobernanza asociativo: las formas organizativas pertinentes a sus iniciativas de turismo y a cómo estas se relacionan para generar consensos.

Durante la jornada las y los asistentes determinaron cuál es el patrimonio natural y cultural que quieren cuidar y cuáles son sus riesgos, para que como acción de gobernanza estos tomen acuerdos para defender los patrimonios naturales y culturales del territorio.

De esta forma analizaron los distintos escenarios para proyectar su subsistencia en el tiempo, relevando los bienes con acuerdos.

Acuerdo comunitario de gobernanza para el turismo sustentable en Nahuelbuta

Los temas de mayor preocupación para los nahuelbutenses se enfocaron en las plantaciones forestales cerca de corrientes de agua y bosque nativo; la migración juvenil; la extracción de áridos; la gestión de residuos habitacionales, del turismo y de las industrias extractivas; y sobre temas organizativos en cuanto a la asociatividad entre los valles

Para todos estos ítemes discutieron las formas más adecuadas de establecer consensos redactando una batería de acuerdos que posteriormente, en una siguiente instancia, serían el eje articulador de los valles que conforman la zona de amortiguación de la cordillera de Nahuelbuta.

“Es una buena instancia para aunar criterios, muchas veces las personas hablamos desde nuestro dolor, entonces que todos tengamos un mismo foco de lucha va en directo beneficio de todos los valles”, declaró Rodrigo Bravo, habitante y emprendedor turístico de Trongol Bajo.

Sobre la tentativa que emergió durante la jornada, de conformar una estructura organizativa para llevar delante demandas colectivas del grupo que lleva dos años en este poryecto, Rodrigo aseguró que “vamos a lograr mayor representatividad y lograremos aquellas cosas por las que hemos estado luchando de forma individual o sectorial”.

En cuanto a esta parte del proyecto solo quedaría la ceremonia de entrega de certificados del diploma, donde se mostrarían los acuerdos levantados por actores. Mientras, durante octubre y noviembre se desarrollarán los talleres de esta misma índole en Isla Mocha.

Este programa formativo, según Sandra García, representante de una incipiente cooperativa de turismo en el valle de Caramávida, “nos abrió los ojos como valle para poder organizarnos y apostar por un turismo ecológico”.

La actividad es parte del proyecto “Diseño Participativo de Zonas de Amortiguación de Áreas de Alto Valor para la Conservación de Caramávida e Isla Mocha: Bases para el Desarrollo de Corredores Turismo Experiencial de Naturaleza y Cultura”. Que durante este segundo año de ejecución, etapa de transferencia, se ha enfocado en guiar a los emprendedores de los territorios mencionados a construir modelos de negocio que impulsen sus economías locales y contribuyan con la defensa de la biodiversidad.

Es financiado por CORFO a través del concurso Bienes Públicos para la Competitividad y encabezado por la Universidad de Concepción, coejecutado por la Fundación Nahuelbuta, e involucra también la participación del Ministerio de Medio Ambiente, Sernatur, el Grupo Ecológico Altué, la Asociación de Municipalidades Arauco7 y el Programa Transforma.

 

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